Azulejos Iturry: Historia y tradición
Christian Reynoso
Desde hace ocho décadas existe en el distrito limeño de Magdalena del Mar, el Taller de Cerámica Artística Iturry, conocido hoy como Cerámicos Iturry. Allí se produjeron y se producen, hoy en día, la gran mayoría de los azulejos que se pueden ver en Lima, en viejas casonas y patios, o lugares emblemáticos —antiguo colegio Salesiano, Club de la Unión, Museo Taurino de Acho—, y también en casas con decorado moderno. El taller en sí mismo es también un museo del azulejo.
La historia del taller se remonta a su fundación en Puno en 1925, cuando los hermanos Isaac, María Luisa, Pablo y José Iturry Aguirre, vivían en una hacienda cercana del distrito de Pucará, al norte de la capital. Fue Isaac, el mayor de todos y de espíritu aventurero, quien a comienzos de la década del 20 viajó a Buenos Aires para estudiar cerámica. Al volver, en contraposición a la tradicional actividad ganadera, decidió dedicarse a la producción de cerámicos. Rápidamente sus diseños que tenían el sello novedoso de las nuevas tecnologías aprendidas en la Argentina llamaron la atención y fueron premiados en Puno y en La Paz. Años después, los hermanos menores Pablo y José innovaron en el decorado de los cerámicos a través de la técnica artesanal del bruñido. En 1929 murió Isaac, fue así como en 1934, Pablo y José decidieron apostar por nuevos horizontes para lo cual viajaron a Lima. En 1937, trasladaron definitivamente el taller de Puno a Lima y continuaron haciendo trabajos escultóricos hasta 1940, cuando incursionan en la producción de azulejos por pedido.
A partir de 1950, la producción de azulejos artísticos se convirtió en la línea principal del taller. La consigna de don Pablo era que, primero, el azulejo debía impactar en el espectador; segundo, que funcionara como un vehículo de cultura a través del mensaje que mostraba. Uno de los artistas principales del taller fue Demetrio Peralta, quién trabajó entre 1944 y 1969, a cargo del diseño y dibujo de los azulejos con estampas costumbristas y de los retablos y murales con iconografía religiosa.

luis antonio iturry, heredero del legado iturry. foto: ch. reynoso
En la década del 60 el taller sirvió como sede del Instituto de Cultura Andina (INCA), fundado en 1957 y presidido por Ernesto More. Se hicieron actividades de carácter cultural. En la década del 70 dicho instituto publicó la revista “Rumi”. Don Pablo dirigió el Departamento de Artesanía Andina del INCA. A su vez, Alejandro Peralta dedicó un poema a la casa Iturry a la que llamó «casa de mitimae», en su poemario “tierra aire” (1971). En 1975, para celebrar los cincuenta años de vida de Cerámicos Iturry, inauguraron en el patio del taller el mural de azulejos dedicado a los dibujos de Guamán Poma de Ayala, el cual actualmente se puede ver. Fue también el momento de modernizar la empresa: se reemplazaron los hornos a querosene por los eléctricos.
A la muerte de don Pablo en 1980 —también trabajó como profesor de cerámica en la Escuela Nacional de Bellas Artes y en el Centro Artesanal Piloto de Miraflores—, fueron sus hijos Pablo y Luis Antonio quienes tomaron la batuta de la empresa. En 1990, Pablo optó por un nuevo rumbo empresarial y fue así como Luis Antonio asumió la gerencia y dirección hasta el día de hoy.
Nota: Este texto forma parte del libro de próxima publicación “El arte de Demetrio Peralta (Diego Kunurana): Vanguardia y modernidad” del autor.
Publicado en Los Andes (Arequipa) 9/12/2018.
Escrito por
Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.