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Migraciones y virus: coordinaciones fallidas

Christian Reynoso

Publicado: 2020-04-28

El 14 de abril un grupo de 700 personas, ante la desesperación alimenticia y la falta de recursos, decidió partir de Lima a pie para volver a su natal Huancavelica. Desde entonces, el efecto ha sido multiplicador. Enseguida, otros grupos imitaron la odisea hacia distintas regiones del país. 

Los días posteriores, los hemos visto desperdigados y abandonados a su suerte por las carreteras o a la espera de que algún bus o avión los transporte. Reunidos en Puente Piedra, La Victoria, el Grupo Aéreo 8 y en las carreteras que salen de Lima hacia el interior. Pero la espera es triste. Hombres y mujeres adultos, niños, bebés recién nacidos, ancianos, mujeres gestantes, personas con discapacidad, en su gran mayoría sin alimentación ni agua, con maletas y bultos a la espalda, durmiendo a la intemperie, clamando que las autoridades los recojan. Desde luego, una forma de presión para que las autoridades reaccionen, pero esta reacción no ha llegado o demora mucho en llegar. Mientras tanto, la penuria y la incertidumbre siguen.

El gobierno nacional prácticamente ha transferido la responsabilidad a los gobiernos regionales para que se hagan cargo de esta población en tránsito. Pero la realidad es que las gestiones regionales han quedado desbordadas y empequeñecidas ante la gran demanda de personas que anhelan el retorno. Al día de hoy, miles de personas. Ciertamente no se trata de una falta de recursos, sino de liderazgo y de una fina logística de la que, lamentablemente, se carece. ¿Dónde y cómo ubicar en las regiones a estas miles de personas? ¿Dónde y cómo atenderlas si dan positivo al COVID-19, teniendo en cuenta que la administración médica es sumamente precaria en las regiones? ¿Cómo lograr un justo control para que no se propague el virus? A lo que se suma la atmósfera de pánico en las poblaciones locales que se traduce en actitudes hostiles frente a los pocos que han podido llegar hasta hoy.

Es decir, se ha empezado a descentralizar el virus y la cadena de contagios, justamente lo que no se quería desde que se decretó el estado de aislamiento hace seis semanas. En ese sentido, el gobierno de Vizcarra debería recular en la movilización social por razones humanitarias y prohibir que los tránsitos migratorios desde Lima hacia distintas regiones del país sigan su curso. E implementar una ruta de salvaguarda que permita conducir a todas esas personas y familias a lugares de Lima en los que se les brinde una alimentación básica, higiene y donde pasar los días. El Estadio Nacional, el Estadio Monumental, la base aérea Las Palmas, hoy elefantes blancos, entre otros, deberían convertirse en lugares para acondicionar a estas personas. Al estilo de Acho, pero más básico dada la cantidad. Asimismo, acondicionar una zona focalizada para quienes den positivo al virus. Los fondos que se están utilizando en los tránsitos fallidos que se redirijan a la implementación de estos espacios.



Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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