#ElPerúQueQueremos

nigel van wieck

Apuntes en pantalla 1: la nueva cotidianidad

Christian Reynoso

Publicado: 2020-05-12

Está más o menos claro que, en adelante, con o sin cuarentena, muchas cosas van a cambiar (o ya han cambiado). En el futuro próximo, sin fecha de caducidad, será imperativo asumir y acceder a nuevas formas que nos permitan desarrollar la normalidad a la que estábamos acostumbrados. Es decir, asumir una nueva cotidianidad. Esta probablemente sea limitada en muchos aspectos y nos obligue a replantear las interrelaciones, los hábitos, las costumbres. En suma, nuestra manera de comprender, afrontar y llevar la vida, en todo tipo de orden. Los sobrevivientes de la pandemia serán una especie que tendrá que reinventar el futuro. Quienes nazcan después crecerán con el trauma de los sobrevivientes que añorarán la vida de antes, aquella que tuvieron que cambiar por obligación. Pero los nuevos abrazarán otro horizonte. Un cambio necesario en un mundo más limpio. 

Algunos amigos me cuentan que se sienten frustrados: que la pantalla del celular o de la pc los frustra. Es entendible. Extrañan la acción, la explosión, el contacto. Curiosamente, ahora estamos más contactados y conectados que antes. ¿Cuántas horas pasamos, un amplio sector, con el celular en la mano o frente a la pc? En busca de… el contacto, el supremo contacto. Pero el contacto y su raudal también pueden ser nocivos y conducirnos al vacío, la falsa esperanza y la frivolidad, situaciones que han degenerado de los tiempos actuales pródigos de redes y tecnologías, en los que el presente a cada segundo se convierte en ayer y siempre estamos rezagados. No obstante, la suma de aquellos contactos fugaces nos permite respirar.

En la vida real, es decir en la vida no virtual, parece que todo es más duro en medio del contexto de pandemia. Las necesidades habituales y cómo satisfacerlas son el apremio próximo, porque permiten la sobrevivencia o la vitalidad. Para unos es más fácil satisfacerlas que para otros, en tanto la cantidad de recursos. Pero como en este país siempre hemos sido creativos, criollos, formales e informales (dependiendo), y “emprendedores”, probablemente se saldrá adelante. Sin necesidad de la cultura del Contigo Perú y el fútbol o el boom gastronómico, mitos que han nutrido cual novela real-maravillosa el rostro de un espejo mentiroso. En todo caso, la pandemia ha asesinado el romanticismo y los delirios de grandeza para confrontarnos con la calle sucia y sin pavimento. Podríamos preguntarnos para qué ha servido toda esa grandeza si hoy el país ni siquiera cuenta con camas suficientes en los hospitales. Tenemos todo, pero no tenemos nada.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


Publicado en