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foto: archivo galeria camino brent

Tilsa Tsuchiya: fiel a la voz interior

Christian Reynoso

Publicado: 2020-09-22

Tilsa Tsuchiya Castillo nació el 24 de setiembre de 1928 y murió el 23 de setiembre de 1984. Nacida en Supe (Lima), hoy en día es una de las pintoras más destacadas de la plástica peruana, con una obra que ostenta una personalidad propia y fácilmente reconocible; dueña de un estilo y paleta de colores suaves y nocturnos, y un muestrario de personajes antropomorfos y de carácter mitológico. “Tristán e Isolda” (1974-75) y “La mujer de las islas” (1979-82), sean tal vez sus cuadros más representativos y cautivantes. 

En una síntesis de su vida se puede destacar: el traslado de su familia a Lima en 1930. Sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes (1947-1959), de la que egresa en la llamada “promoción de oro”. En 1959, su primera exposición. Su etapa en París (1960-1966). De vuelta en Perú, en 1970 el premio Teknoquímica que marca un hito en su carrera. En 1976, la serie “Mitos” que consolida su pintura. En 1979 representa al Perú en la XV Bienal de Sao Paulo. La etapa final (1978-1984), desde que le diagnostican cáncer. Su primera retrospectiva en 1984, meses antes de morir.

Dos momentos marcan su obra: el aprendizaje inicial hasta antes de viajar a París como alumna de Carlos Quízpez Asín y Ricardo Grau, en el que destacan los cuadros “Cementerio” (1957) y “Florista” (1956); y, el posterior a su retorno, que es el más aplaudido, ya en la década del setenta, en el que aparecen sus personajes íconos, sin brazos, sin frentes, que luego tomarán forma humana con guiños eróticos y sin alejarse de su esencia y que alcanzan su madurez en la serie “Mitos”. En este segundo momento hace también dibujos, ilustraciones y algunas esculturas.

Aunque la crítica normalmente ha señalado su pintura en la corriente del surrealismo, Tilsa se mostró en desacuerdo. Prefirió llamar a su pintura como “metafísica, en la cual se advierte un espíritu místico” (en “Expreso”, Lima, 21/01/1971). Ello en correlación con la búsqueda del pasado y la naturaleza y la representación simbólica que sugiere su obra. Antes había dicho: “Yo creo que un artista debe seguir lo que le nace, debe ser fiel a sus voces interiores, y no cambiar cuando cambian los gustos o las demandas del mercado” (en “Oiga”. Nro. 387, Lima, 21/08/1970).


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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