¿Y si no vas a la playa?
Christian Reynoso
En medio del ruido político de las últimas semanas en nuestro país en el que, por un lado, el presidente Vizcarra ha tenido que aparecer consecutivamente en los noticieros dominicales para dar su versión sobre su participación en supuestos actos de corrupción durante su gestión como presidente regional de Moquegua; y por otro, se rumorea un nuevo pedido de vacancia presidencial, parece ser que la agenda del Covid-19 ha pasado a un segundo plano, tal vez porque también en las últimas semanas se ha registrado una disminución en el número de casos y muertes.
Sin embargo, eso no significa que se deba bajar la guardia ante la amenaza de la pandemia. Hoy somos el cuarto país en América Latina con más número de casos después de Brasil, Argentina y Colombia, aunque el segundo en número de muertes tras Brasil y el octavo en el mundo. Al día 218 de cuarentena (19/10/2020) tenemos: 870,876 casos; 33,820 muertos; y 784,056 personas dadas de alta. Mientras que a nivel mundial, el número de casos se acerca a los 4 millones 500 mil y las muertes al millón 120 mil.
Si bien hay cierto optimismo y una nueva normalidad que, a estas alturas, por ser permanente ya ha dejado de ser nueva, todavía queda un largo trecho por avanzar y/o resistir hasta la obtención y aplicación de las vacunas. Vacunas de las que, aunque vienen siendo negociadas por el Estado y los diversos laboratorios del mundo, aún se desconoce científicamente su efectividad. No obstante, son la única esperanza para sentirnos protegidos y no vulnerables. En tanto, seguirá siendo nuestra entera responsabilidad el prevenir la enfermedad.
Por eso llama la atención, por ejemplo, la prologada discusión (acaso absurda) para dar luz verde o no a la asistencia de personas a las playas durante el próximo verano. Sin duda, serán focos altamente contagiosos por más cuidados que se quieran imponer, por la sencilla razón de la gran afluencia de público que convoca. Es decir, no solo quienes lograrán un espacio playero sino quienes se queden fuera de él, además del personal que controlará. En cualquiera de los casos, la aglomeración y circulación serán inminentes, con el riesgo de que haya más contagios y muertes. ¿Qué podría suceder si por un verano no se va a la playa?
Escrito por
Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.