En el Perú de hoy, tanto un calzón rojo como una corbata variopinta o un cuello blanco, pueden tener un valor simbólico para comprender los hilos culturales y las mentalidades de un sector de nuestra sociedad. Una sociedad trasnochada, pero no por ello (o por ello) peligrosa. El rojo, el color de la pasión por antonomasia puede ser percibido también como mero putaísmo; mientras que la corbata y el cuello blanco, símbolos de elegancia importada, ocultan también entre sus nudos doble moral e intereses de índole delincuencial. 

Estos días hemos visto cómo tres jueces en la región Ica (Ronald Anayhuamán Andia, Diana Jurado Espino y Lucy Castro Chacaltana) apelando a una interpretación que linda con lo absurdo, la vergüenza y la misoginia, absolvieron a un violador (Giancarlo Espinoza Ramos), bajo el argumento de que la víctima por usar un calzón de color rojo y con encaje consentía la relación sexual. No puede ser peor que dos de los jueces sean mujeres, en un país en el que la impunidad de la violencia sexual es latente.

En setiembre pasado, en el debate de la vacancia del presidente Vizcarra, el congresista Ricardo Burga cuestionó a este asistir al Congreso sin corbata. “Es una falta de respeto a la honorabilidad de este Congreso”, dijo Burga, ridículo, con un tradicionalismo desgastado y una forzada institucionalidad en momentos en que el país se iba a pique. Sin embargo, Burga no se ha inmutado frente a los delincuentes con corbata que se pasean por el Congreso y presiden comisiones o confabulan a espaldas del país.

¿Qué tipo de jueces y políticos tenemos en el Perú? Parece que seguimos la tradición de una herencia corrupta de estilo Hinostroza o de desfase intelectual estilo Arimborgo; o de políticos bamba, disfrazados con terno y corbata, con look matonesco y delincuencial estilo Becerril. En el país moderno en el que suponemos que vivimos, las mujeres peruanas podrían usar el calzón que les plazca sin ser objeto de violación; y los varones no porque usen corbata o cuello blanco ser los abanderados de la decencia y las buenas costumbres.