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foto: andina

Candidatas y candidatos verbomotores

Christian Reynoso

Publicado: 2021-04-06

Walter J. Ong en su clásico libro “Oralidad y escritura”, trae a mención a las culturas verbomotoras, es decir, aquellas que conceden demasiada importancia al habla misma, sobrevaloran la retórica e indudablemente la practican en exceso; culturas en las cuales, por contraste con las de alta tecnología, las vías de acción […] dependen mucho más del uso efectivo de las palabras y por lo tanto de la interacción humana, y mucho menos del estímulo no verbal (México: FCE, 2016, pp. 123-124). En ese sentido, las realizaciones orales pueden ser impresionantes en su grandilocuencia y sabiduría de la comunidad, ya sean prolijas o breves (p. 171).

En los recientes debates organizados por el Jurado Nacional de Elecciones, hemos visto cómo las candidatas y candidatos presidenciales han aplicado con mayor y menor esmero y efectividad su capacidad “verbomotora” para comunicar sus ideas, aunque no necesariamente sus propuestas, y/o para atacarse entre sí. Hemos visto un despliegue de abundancia de palabras y lenguaje verbomotor en pos de articular un discurso que va más allá de lo escrito en los planes de gobierno, con el fin de conseguir votos a su causa. Lo que en Perú se conoce como “floro”.

Sin embargo, el efecto parece haber sido el contrario. En vez de convencer y atraer, lo que involucra otorgar un grado de verosimilitud al habla, las limitaciones han saltado a la vista. En la mayoría de los casos ha primado lo declarativo por encima de lo explicativo, lo imposible por encima de lo posible, y el afán de tinte mesiánico de tener soluciones y respuestas a todo. En otros casos, ha primado la invulnerabilidad y las tendencias esquizoides. Producto de ello, al receptor le resulta difícil “implicarse”. Y termina cediendo a los resultados de las encuestas absurdas postdebate.

Siguiendo a Ong, en la teoría de los actos del habla se distingue el acto de locución (producir un enunciado, una estructura de palabras: prometer, saludar, declarar, jactarse) y el acto perlocutorio (producir efectos intencionales en el oyente: temor, convicción, valor, unidad), siempre y cuando se dé el “principio cooperativo” entre emisor y receptor, lo que entraña el concepto de “implicación”, que se refiere a la forma cómo nos explicamos lo que oímos (pp. 258-259). En ese sentido, tras haber oído los debates de las candidatas y candidatos presidenciales, ¿qué es lo que podríamos explicarnos más allá de su capacidad verbomotora, con relación a lo que necesita el país?


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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