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Acuña en su cancha

Christian Reynoso

Publicado: 2022-01-11

César Acuña debe estar sintiéndose aún más poderoso y omnipotente. Debe estar felicitándose a sí mismo, gratificado, con la seguridad de que nadie se mete con él. Creyendo que es intocable y que cualquiera que ose investigarlo terminará como el periodista Christopher Acosta, autor del libro “Plata como cancha”, y el editor del mismo, Jerónimo Pimentel. Ambos condenados recientemente a dos años de prisión suspendida y a una reparación civil de 400 mil soles por el delito de difamación agravada en su contra. La historia es conocida desde que se publicó el libro en febrero de 2021.

Pero lo que Acuña en verdad ha hecho, primero, al intentar impedir la distribución del libro, y luego, al querellar a Acosta, es una forma de intimidación al periodismo de investigación, a la libertad de prensa y de publicación en el Perú. Había exigido 100 millones de soles como reparación civil, pero estaba dispuesto a retirar la denuncia si Acosta le pedía disculpas públicas. Es decir, recurrir al amedrentamiento para satisfacer su ego idiota e ignorantón. Desde luego, la disculpa nunca se materializó, pues Acosta sostiene que no hay ninguna difamación en su investigación.

Acuña ha ganado solo por el momento, puesto que la condena será apelada. En perspectiva, este triunfo en vez de abonar en su imagen y de mostrarlo como ganador ante un supuesto mal periodismo que sí habría que condenar, más bien lo ha dejado pintado como un político soberbio y abusivo que se presenta como aleccionador, con un tufillo antidemocrático e intolerante con la libertad de expresión. En el colmo, afirma no haber leído el libro en cuestión, pero encuentra 55 frases difamatorias, según sus abogados. Frases que no le pertenecen a Acosta, sino a terceros y que el periodista recoge como parte de la investigación.

Lo ocurrido es un peligroso precedente para el libre ejercicio del periodismo en el país. Acuña, quien ha sido candidato a la presidencia del Perú en varias ocasiones, sin ninguna posibilidad real, gracias a su mediocridad como político, ahora pretende desvirtuar y acallar información en torno a su persona; información que, en tanto personaje público que es, todos los ciudadanos de este país deberíamos conocer. Habría que preguntarse si Acuña, de ser presidente, denunciaría a todos quienes lo investiguen y/o opinen distinto de él y les exija 100 millones de soles.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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