ya acabó su novela

Repsol: Jalada de cabellos

Christian Reynoso

Publicado: 2022-01-25

Que donemos mechones de nuestros cabellos y medias nylon para absorber los seis mil barriles de petróleo derramados por Repsol, hace más de una semana, en el mar de Ventanilla y su posterior expansión, es nada más que romanticismo en el intento de resolver el daño ecológico. Pero supongo que, como peruanos, no queremos quedarnos de brazos cruzados. En todo caso, la misma cruzada se esperaría de todos los peruanos ante tantos otros eventos de este tipo que ocurren en lugares del país fuera de Lima.

La multinacional española Repsol debería haber gestionado inmediatamente maquinaria especializada y alta tecnología de algún lugar del mundo, para frenar la expansión del petróleo y para optimizar la limpieza del mar. En vez, ha hecho uso de escobas, basureros y baldes. En vez, ha mentido sistemáticamente para salvar su responsabilidad. Por su parte, el Ejecutivo ha hecho y hace lo que puede. Declaraciones más, declaraciones menos, para determinar responsabilidades, lo que se necesita es prontitud, coordinación y escuchar a los afectados. Allí, Repsol debería ser el principal interesado, pero no lo es.

Los impactos ambientales del derrame posiblemente sean peores en el plazo próximo, y tal vez irremediables en el futuro, como suele suceder con este tipo de eventos. No solo la fauna marina amenazada y muerta, sino las afectaciones económicas que ya vienen sufriendo los pescadores artesanales que subsisten de esta actividad en esta parte de la costa. Pues, los bonos que se piensan entregar no serán suficientes. Adiós, asimismo, al disfrute veraniego y al movimiento económico que se deriva de ello en esta época del año en la zona.

Que unos desadaptados en La Libertad hayan incendiado hace poco con bombas molotov el monumento del llamado huaco erótico Moche, es también parte del desastre que vive el Perú. Una destrucción cultural que, al parecer, guarda tras de sí motivaciones políticas o tal vez fundamentalismos puritanos, pero que manifiestan intolerancia y violencia. Al cabo, una forma de ser peruanos. El daño ecológico por una parte, y el daño cultural por otra, nos hacen sentir vulnerables como país. Peor aún si en medio de ello la impunidad es una mancha que se extiende como la del petróleo derramado.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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