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Alasitas

Christian Reynoso

Publicado: 2022-05-03

Cada año, desde que tengo uso de razón, fui reuniendo en una caja de chocolates las herramientas en miniatura que se vendían en la Feria de las Alasitas. Primero, me las compraba mi abuela; luego, mis padres y, finalmente, yo, joven y adulto. Hoy son un conjunto de más de sesenta herramientas que muy bien podrían constituir una colección. En ella se puede ver desde un martillo hasta una llave inglesa para tubos; y una plomada y un cepillo manual para carpintero, estas dos últimas, piezas nuevas que he encontrado en las Alasitas de este año.

Las Alasitas se celebra anualmente, desde la década del cuarenta, en la avenida Floral de Puno ciudad, y coincide con la Fiesta de las Cruces. Desde los últimos días de abril hasta la primera semana de mayo los feriantes y artesanos locales y los venidos de las provincias y de Bolivia se apuestan en sus quioscos para ofrecer las diversas miniaturas. La creencia es que estas —que recrean hasta lo inimaginable— se conviertan en realidad para quien las compre, siempre y cuando se tenga la suficiente fe en el destino y en el Ekeko, el dios de la Abundancia.

El paquete tradicional de herramientas consistía en la carretilla, la lampa, el pico, los ladrillos y el cemento Rumi. Recientemente sumaron la calamina y la columna armada de fierro. Pues la inventiva y el arte puesto en la elaboración no se han detenido y han aparecido serruchos y distintos tipos de desarmadores, llaves y alicates. Luego, se sumaron el badilejo y el frotacho, la escuadra, el cincel, las limas, la gata y la abrazadera en C. Con la revolución de las herramientas eléctricas, aparecieron entonces taladros y pulidoras. Desde luego, faltan todavía muchas otras que con seguridad irán apareciendo.

Así aparecen también los objetos deseados cuando se cree en el Ekeko. Si compras una casa o un auto en miniatura, y cumples con el ritual del sahumerio y la devoción al diocesillo, al cabo tendrás tu casa y tu auto, verdaderamente. En esa lógica también se imprimen, por ejemplo, títulos profesionales y billetes en abundancia, en soles, dólares y euros. A las Alasitas se suman los productos de barro, los puestos de maná y los de humeantes y jugosas parrilladas, chicharrones, “combinados” y cajas chinas. Y, por supuesto, la cerveza que tanto gusta al Ekeko.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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