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El ajedrez y los recuerdos

Christian Reynoso

Publicado: 2022-07-19

El ajedrez. A simple vista la lógica de las reglas parecía fácil, pero una vez sobre el tablero las cosas cambiaban. Había que memorizar la forma cómo cada una de las piezas se desplazaba, y el poder y valor que tenían. Aprendías que no era lo mismo perder a merced de tu oponente un peón que un caballo y mucho menos una reina. Y que para la ejecución de cada jugada había que pensar detenidamente y, sobre todo, imaginar las consecuencias que podía traer. Un padrón de movimientos que había que suponer a continuación con el fin de conseguir tu objetivo.

Lo mismo pensaba tu oponente y entonces el juego se entrampaba. Era necesario especular, imaginar, actuar con cautela, recular e idear nuevas estrategias para alcanzar el preciado botín: la reina, y luego el rey y el jaque mate. Yo era niño y el oponente era mi padre. Él me había enseñado a jugar ajedrez sobre un tablero de cartón y piezas grandes, luego continuamos en uno que venía en un estuche de plástico de fácil transporte con piezas que tenían un imán en la base y donde también se podía jugar damas chinas. Hoy, un artilugio vintage.

Posteriormente, siendo adolescente jugaba con un vecino, el señor Chávez, arequipeño como mi padre, con quien a partir de las cinco de la tarde emprendíamos varias partidas hasta las ocho. Su hijo, algo menor que yo, solo nos miraba: éramos extraterrestres. También repasábamos manuales para lograr mates en cuatro movimientos, como el jaque Pastor. Luego dejé el ajedrez y solo después de treinta años, en los últimos meses, he vuelto a jugar con mi cuñado. Comprobé que, si has aprendido a jugar ajedrez alguna vez, nunca lo olvidas.

Una película que he visto innumerables veces es “La jugada maestra”, en la que Tobey Maguire, el Hombre Araña, da vida a Bobby Fischer, el americano campeón mundial de ajedrez entre 1972-1975. Se recrean los entretelones de la partida que sostuvo con el ruso Boris Spassky que le dio el título. Un film intenso que muestra, además, el temperamento explosivo y los desequilibrios mentales de Fischer. Una serie reciente de ficción es “The Queen´s Gambit”, en la que Anya Taylor-Joy da vida a Beth Harmon, una precoz ajedrecista que abraza el título mundial, entre destellos de genialidad, glamour, alcohol y barbitúricos. Toda una jugada.

El 20 de julio se celebra el Día Mundial del Ajedrez.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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