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Sendero en Puno: asesinato del alcalde Luis Dueñas

Christian Reynoso

Publicado: 2022-09-13

Hoy es un pequeño parque: apenas una porción de jardines con algunos asientos de cemento y graderíos angostos, construido al lado de la pista y conexo a la urbanización Puno, en el lado norte de la ciudad. Es el parque Dueñas. Allí suelen sentarse vendedores de golosinas y helados, y algunos viajeros que esperan movilidad para dirigirse a Juliaca. Por las noches, sirve de cobijo a algunos borrachines. Al frente del parque hay una casa multifamiliar hoy reconstruida y conservada. En esa casa, a fines de la década del ochenta, vivía el alcalde de Puno, Luis Dueñas Peralta.

Pasadas las siete de la mañana del 29 de junio de 1988, apenas Luis Dueñas traspuso el umbral de la puerta dos balazos le impactaron, uno en la cabeza y otro en el pecho. La camioneta del municipio que lo esperaba como era habitual, lo trasladó al hospital Manuel Núñez Butrón, pero los médicos no pudieron salvarle la vida. A una cuadra de la casa del alcalde, algunos vecinos de la urbanización Puno, entre ellos mi tía Amanda, quienes volvían de comprar el pan, escucharon los disparos y minutos después vieron correr a toda marcha a dos muchachos. Solo después, a través de las radios, comprendieron lo que había ocurrido.

Luis Dueñas Peralta, militante aprista y natural del Cusco, había asumido la alcaldía de Puno en 1987. En su gestión había desarrollado acciones en contra del comercio informal, el llamado contrabando que, entonces, parecía poder formalizarse, hoy algo imposible. Sus críticos lo tildaban de prepotente. Había recibido amenazas de muerte por parte de Sendero Luminoso en un par de ocasiones, pero las desdeñó. El mandato se cumplió aquella mañana del 29 de junio. De los asesinos nunca se supo nada. La comunidad puneña condenó el asesinato al igual que las autoridades e instituciones locales.

Tres días antes, el alcalde distrital de San Juan de Salinas (Azángaro), Jaime Centeno, de las filas de Izquierda Unida, también fue asesinado en medio de una feria. Estas dos autoridades entre otras, además de dirigentes, líderes campesinos, periodistas y profesores universitarios, fueron asesinados en Puno durante los años del terrorismo, sin contar los diversos atentados que se produjeron a medios de comunicación y personajes visibles. Se ha dicho que, probablemente, en manos de la célula senderista que operó en Puno bajo el mando del “gringo” Juan Carlos Olivares. Todo esto, antes de la captura de Abimael Guzmán.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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