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Antauro en el sur

Christian Reynoso

Publicado: 2022-10-11

Antauro. El famoso Antauro Humala va a llegar a Puno ciudad, después de haber visitado diversas provincias de la región los días previos. Dará una conferencia de prensa en el Club Unión, en el centro de la ciudad. Es lo que se comenta en las radios, en las redes. Ayer ha tenido un altercado con un periodista en Juliaca, pero nada importante, dice, y hoy va a presentar uno de sus libros. Hay expectativa, no tanto por el libro, sino por su presencia y lo que diga. Es, en todo caso, un personaje atractivo, dispuesto a soltar frases altisonantes y desinhibidas que, en seguida, son aplaudidas por el escuadrón de reservistas que lo siguen.

Al término de la conferencia, Antauro viste su casaca de cuero, le ponen al cuello un rosario de cantutas y lo invitan a comer el fiambre de papas y chuño puesto en el piso sobre unas lliclas. La comida se ha preparado especialmente para los amigos periodistas, dicen. Antauro come un par de papas y luego, rodeado de seguidores y reservistas, y personas que pugnan por un selfie a su lado, sale del club. Aparece su esposa Ina, se cogen de la mano e improvisan un pequeño mitin, mientras caminan hacia una camioneta con rumbo a la universidad donde presentará el libro. Solo lo siguen los reservistas. Algunas personas preguntan: ¿Quién es?

Antauro ha concluido la conferencia con citas de Thomas Jefferson y Micaela Bastidas. “El árbol de la libertad debe regarse de vez en cuando con la sangre de patriotas y tiranos. Esta constituye su abono natural”, y “Ya no tengo paciencia para aguantar todo esto”, respectivamente. Desde luego, ambas citas pueden resumir parte de su pensamiento. Antes ha hablado de fusilar a los expresidentes corruptos, entre ellos a su hermano Ollanta; que en las doce Constituciones del Perú se contempla la pena de muerte; que él produce miedo a la derecha y a la oligarquía peruana; que se enorgullece de eso y que ellos “no jodan”. Luego trae a colación a Garcilaso y a Velasco.

“Todo se hace sobre la marcha, como el arriero que arregla sobre la carretera”, dice en algún momento cuando los periodistas le preguntan por asuntos concretos en un eventual gobierno suyo, pues es evidente su interés por llegar a la presidencia. Y ahí está, insuflando con su discurso levantisco, con ideas repetitivas, siempre en tono criollo y confrontacional, como una forma de establecer diferencia con la gastada política tradicional. Es posible imaginar, también, tras escucharlo, que un gobierno suyo estaría caracterizado por la mano dura, por arrebatos y políticas dictadas a la “prepo”, amparadas en la fuerza del medio millón de reservistas que dice tener a su alcance.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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