Aunque la expresión plástica en Puno no ha tenido una tradición en la acuarela a lo largo del siglo XX, en las últimas décadas hay un interés creciente por este género. Así lo demuestra la exposición “La fiesta del agua”, que viene exhibiéndose en el Centro Cultural UNSA de Arequipa, durante octubre, organizada por la IWS Titicaca Puno Perú; una entidad que es filial de la International Watercolor Society dedicada a promover y difundir el arte de la acuarela en el mundo. Organiza también jornadas artísticas, concursos y talleres presenciales y virtuales.

“La fiesta del agua” reúne a treinta y cuatro artistas entre mujeres y hombres, de distintas generaciones, algunos con una trayectoria más larga que otros, y otros con un reciente camino en la expresión plástica, pero todos con el denominador común de haber nacido en Puno y de pintar sobre y pensando en Puno y sus claves de identidad. De esta manera, a través de la acuarela, en la que destacan trazos limpios, colores fríos, cálidos y tierras, los artistas que exponen en esta muestra, nos proponen diferentes conceptos y miradas y sentires del acervo puneño.

Un imaginario que se constituye en tres direcciones: el paisaje puneño de la pequeña urbe, el ambiente citadino, el campo, sus pobladores y el tema ineludible: el lago Titicaca y sus islas, la fuerza o el vaivén calmo de sus aguas. En segundo lugar, la danza y la música tan características del Puno festivo erótico: los danzarines con trajes de luces y autóctonos, los diablos, las diablesas, los kusillos, los músicos, los sicuris, las máscaras que transforman a los ciudadanos en binomios de baile y frenesí. En tercer lugar, los retratos de hombres y mujeres tanto del ámbito rural como urbano, aquellos quienes conviven en el pueblo pintoresco y tal vez olvidado y la ciudad moderna.

Pero esta exposición también trae a la memoria algo importante. “La fiesta del agua” en tanto muestra colectiva permite recordar las ya lejanas embajadas culturales que se hacían desde Puno hacia otras ciudades del país, en las que se llevaban expresiones de danza, música, pintura y literatura. Hoy lo hace en la ciudad de Arequipa. Esto no es poco significativo, pues el trasfondo de la muestra no solo significa mostrar, sino llegar, y ello sugiere un recibimiento y un intercambio artístico, en este caso, entre Puno y Arequipa.