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Vallejo, la velocidad y el hombre moderno

Christian Reynoso

Publicado: 2022-11-15

“La velocidad es la seña del hombre moderno”, escribe César Vallejo. “Nadie puede llamarse moderno sino mostrándose rápido. […] el ritmo de la velocidad no solo consiste en hacer una cosa pronto, sino también, y sobre todo, en escoger acertar el empleo del tiempo oportuno. […] la rapidez sale de saber escoger el empleo del tiempo. […]. La velocidad, pues, signo es de nuestro tiempo”. Luego, se pregunta: “¿De qué manera se es rápido? ¿Qué se debe hacer para acelerarnos? Se trata de una disciplina heredada o de una disciplina que puede aprenderse a voluntad…”.

Con estas palabras, Vallejo reflexiona sobre el tiempo que vive el hombre, a mediados de la década del veinte, en el artículo “El hombre moderno”, escrito en París en noviembre de 1925, y publicado en el diario trujillano “El Norte”, el 13 de diciembre de 1925. Aquel tiempo que, entonces, se caracterizaba por los caballos que tiraban de los carruajes; aquel tiempo en que no había internet ni redes sociales, ni la velocidad de las comunicaciones, el transporte y la información instantánea.

Vallejo alude también en su artículo a un verso de “Trilce” en el que ha dicho haberse “sentado alguna vez a caminar”. En efecto, se trata del poema XV de “Trilce”, en el que recuerda el rincón aquel en el que dormía con una mujer que ya no está. El rincón amado por el que ella entraba y salía. Aquel rincón en el que ahora él se ha “sentado a caminar”. En ese entender, podemos decir que, para Vallejo, caminar supone un estar en el reino de la contemplación sin tiempo ni pausa ni velocidad, donde la “perspicacia máxima” permite la percepción de la naturaleza y el subconsciente.

Por eso, añade en su artículo: “no hay que confundir la velocidad con la ligereza, tomada esta palabra en el sentido de banalidad”. ¿Acaso la velocidad de hoy, del actual hombre moderno que usa celular, por ejemplo, en realidad no está colisionando con la percepción “del sentido verdadero y universal de los hechos y de las cosas”, como escribe Vallejo? Pues, la velocidad de la vida de hoy, depende en muchos casos de la velocidad del celular, las computadoras, las máquinas. La rapidez como síntoma de andar por el buen camino, atravesándolo, pero sin conocerlo. Vallejo concluye su artículo al decir que, si dos personas contemplan un lienzo “la que más pronto se emociona, esa es la más moderna”. ¿Estamos de acuerdo?


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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