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La Huacachina es una fiesta

Christian Reynoso

Publicado: 2022-11-29

Los poetas ya se han ido y los versos han quedado volando en el ambiente. Los rockeros y cantantes también se han ido y los instrumentos se han desenchufado. Y yo me he quedado entre cuadros, anaqueles de libros y el calor mágico de la Biblioteca Abraham Valdelomar; frente a la laguna de la Huacachina, en Ica: la tierra de la caléndula, la canícula, el guarango y el chaucato. Como el calor obliga a la bebida, una cerveza helada se hace urgente a la ribera del balneario. El primer sorbo parece condensar lo vivido los últimos días.

Desde su inauguración en el año 2002, la Biblioteca Abraham Valdelomar se ha convertido en un lugar de encuentro importante para la literatura peruana. No solo por su función como tal y labor editorial, sino por la organización del Festival Poetas en la Arena realizado hace unos días y que, año tras año, desde 2011, congrega a poetas, escritores, artistas y público en general en una agenda de recitales, ponencias, presentaciones y venta de libros, conciertos y compartir bohemio cervecero-pisquero.

Alberto Benavides Ganoza, el artífice del festival, parece un Hemingway en su Finca Vigía huacachinera, no solo por su fortaleza, alto porte y barba blanca hemingwayanos, sino por su desprendimiento y calidez para agrupar a la pandilla poética. Junto con él un equipo de jóvenes poetas y gestores lo hacen posible. Así, el ambiente cosmopolita de la Huacachina, con sus dunas violentadas por carros tubulares y gente, y su festín discotequero a ritmo de reguetón y perreo, parece colisionar con los poetas locos y zarrapastrosos —como dice el poema de Marco Martos— y rockeros que llegan a la Biblioteca y alrededores para contagiar su arte, su palabra, su canto.

Mientras la cerveza recorre mi garganta y observo la laguna, creo sentir una música que emerge del fondo de mis oídos; tal vez, los rezagos de la guitarra del Daniel, o el dulce y musical quechua del Fredy, o la alucinada música del Twilfren y el Juan de Purumpa, o la melancolía alegre de la Dolly. Y comprendo lo mucho que hemos reído y aprendido en estos días bajo el sol del mediodía y la brisa de la medianoche huacachina, pero es verdad que también los poetas ya se han ido… el Lipe, el Barbagelata, los cantos, los versos, hasta la siguiente ronda.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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