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Autocrítica y romanticismo en Puno

Christian Reynoso

Publicado: 2023-02-28

Hace un par de semanas en esta columna escribimos: “a este punto, la paralización está poniendo al borde del abismo a la región [Puno] y que el cansancio empieza a notarse y a causar estragos”. Hoy, a poco de cumplirse dos meses de protestas y paros en Puno, la situación se torna aún más compleja: por un lado, la legitimidad de las movilizaciones contra el gobierno; por otro, el gran perjuicio social y económico que sufre la región y que la está condenando a un ostracismo; y, finalmente, el cero interés del gobierno de Dina Boluarte, del Congreso y de las autoridades locales para prestar atención a lo que viene atravesando Puno.

Lo cierto es que la región está quedando solitaria y acaso aislada en la praxis de las protestas contra el gobierno, no obstante que las encuestas señalan la alta desaprobación de la presidenta y el Congreso. Pero da la impresión de que los puneños se han quedado solos y apenas se mantienen como un bastión a fuerza de resistencia, pero a un costo muy alto. Y esta situación está perjudicando de manera irreversible a la región en distintos niveles, como si se tratara de una segunda pandemia. Desde luego, las protestas y paros siguen siendo legítimos contra el gobierno asesino y el Congreso inútil, pero quizá haya llegado el momento de pensar en cambiar de estrategia.

Esto pasa por aceptar en primer lugar que los objetivos trazados no han podido cumplirse hasta hoy (la renuncia de Boluarte y la convocatoria a nuevas elecciones), y pasa por hacer una reflexión política en la que deberían intervenir población, dirigentes y autoridades locales, sobre la experiencia de estos dos meses de protestas y dejando de lado el romanticismo, pues algo ha fallado o se ha desgastado y es momento de la autocrítica. Uno se pregunta: ¿dónde están el presidente regional y los alcaldes puneños?, para encontrar canales de diálogo y solución. Podemos entender que están replegados frente a las movilizaciones, pero su función como líderes debe ponerse a prueba hoy.

Lo que trato de expresar es que Puno no puede irse al abismo por una protesta legítima que está más allá de las fronteras puneñas, pues parece que los puneños están destruyendo Puno a costa de ser escuchados, pero debería haber límites en tanto conservación del tejido y el desarrollo social puneños. En todo caso, el campo de lucha y diálogo está en Lima, tal como lo entendieron, inicialmente, cuando fue la llamada “toma de Lima”. Y allí deberían concentrarse los esfuerzos de la indignación y el dolor de la muerte. Sin duda, un escenario complejo, porque implica tomar posición y ubicarse en un lado u otro. Al mismo tiempo, es verdad que hay un gran sector de puneños que, aunque no lo diga, está harto de los paros y protestas.

Es evidente que en Lima y acaso en el resto de regiones poco importa lo que vive Puno y la agenda de sus demandas. La vida continúa en el país. Así de cruel o insensible: es que hay que trabajar, comer, crecer, vivir. En ese sentido, la reflexión debe apuntar a superar la incertidumbre social y económica, los horarios restringidos, las treguas de fin de semana, los mercados y bancos cerrados, las carreteras bloqueadas, el transporte limitado, la situación de la educación que enfrentan los estudiantes de distintos niveles ante un panorama aleatorio, la frontera Perú-Bolivia cerrada, el temor, la psicosis, etcétera. Todo ello no exime que la renuncia de Boluarte y las nuevas elecciones deberían ser imprescindibles como un parteaguas para encausar un nuevo momento de inicio para el país.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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