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Provocador de mi muerte

Christian Reynoso

Publicado: 2023-04-04

Aunque hoy el Congreso de la República evalúa si se admite la moción de vacancia contra la presidenta Dina Boluarte por “incapacidad moral permanente”, es poco probable que la moción obtenga los votos suficientes. Ello significaría un cambio en el escenario político y nadie de los políticos desea eso, al menos hasta 2026. En otros tiempos, este argumento ha sido empleado reiteradamente para tumbarse presidentes, por asuntos menos graves. El de Boluarte no parece menor, pues se trata de las decenas de muertos desde que asumió el gobierno, en manos de la policía y las Fuerzas Armadas de la que ella es jefa suprema. Además, de un negacionismo descarado ante la muerte y el abuso.

El abogado de Boluarte, Joseph Campos, en un intento de salvar la responsabilidad política de su patrocinada, ha afirmado en una entrevista que han sido las propias víctimas las provocadoras de la situación en la que han muerto, aunque resulte paradójico. Pero, en realidad, la declaración de Campos es una falta de respeto al dolor de los familiares de las víctimas, en tanto que hay abundante material fílmico que demuestra cómo ha sido el actuar de los efectivos en las movilizaciones. Y cómo han disparado sin discriminar a larga como a corta distancia. Las balas han caído en los manifestantes como en ciudadanos ajenos a las manifestaciones.

El caso del muchacho cuzqueño Rosalino Flores Valverde (22), quien hace poco murió luego de dos meses de hospitalización, tras recibir el impacto de 36 perdigones en medio de las protestas en Cusco, refleja muy bien el actuar de la policía. El video que ha circulado muestra cómo Rosalino se encuentra escondido detrás de un árbol en el jardín central de la pista, mientras ocurren los enfrentamientos. Cuando la policía logra despejar a los manifestantes y ganar espacio, ante la proximidad de un policía, Rosalino decide abandonar el árbol y correr en dirección contraria, solo y desarmado. Entonces el policía le dispara, certeramente, a unos cuantos metros de distancia. Rosalino cae al piso. El policía se agazapa, da media vuelta, corre, mientras sigue disparando. ¿Había necesidad de disparar a Rosalino?

Parecida situación ocurrió con Víctor Santisteban Yacsavilca (55), asesinado a fines de enero en Lima. Hay pues un patrón regular en la forma cómo se controla a los manifestantes que parece estar enfocado en disparar a matar. Sin duda, ni Rosalino ni Víctor tuvieron la intención de provocar su muerte, por ello la afirmación de Campos resulta una estupidez mayor como parte del discurso oficial mentiroso del gobierno y del aparato castrense. Más bien, hay groseras intentonas por acallar las investigaciones y los hechos, como por ejemplo el cierre sorpresivo hace unos días del LUM ad portas de la presentación del informe anual de Amnistía Internacional sobre los derechos humanos en el país.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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