El poder de Keiko
Christian Reynoso
Hizo falta que Keiko Fujimori saliera a hablar del gobierno de Dina Boluarte en términos duros y pedir la renuncia de varios ministros, entre ellos el del Ministerio de Salud, para que al día siguiente la ministra de esta cartera renunciara al cargo, pues hasta entonces se resistía, no obstante, las críticas a su pésima gestión frente a la epidemia del dengue que ya lleva más de 80 mil contagios y cerca de 200 muertos entre los que se cuentan más de 30 niños. Esto evidencia que Keiko Fujimori sigue gozando de un poder que espera convertir en rédito político.
La oportunidad ha despertado las especulaciones en torno a si Keiko será candidata en el 2026. Tal vez está pulseando el escenario, midiendo las fuerzas y evaluando los tiempos. Pues, el 2026 está lejano y, si se lo propone, es posible que pueda hacer las maniobras políticas para concretar el adelanto de elecciones, algo que la movilización social no ha podido, por más marchas y tomas de Lima que se han organizado, sin contar las muertes en manos del gobierno y las Fuerzas Armadas. Llenar ese vacío de oposición en un escenario en el que los índices de las encuestas señalan la alta desaprobación del gobierno y del Congreso, es aprovechar una oportunidad.
Pero Keiko ha dicho en ocasiones anteriores que ya no será candidata, tras las tres derrotas electorales que ha sufrido. Hoy dice que tiene derecho a participar como cualquier ciudadana y que, si no le gana a nadie, entonces cuál es el problema. Desde luego, tiene el derecho. Pero no es cualquier ciudadana, está pronto a iniciar un juicio oral en su contra por el caso Cócteles en el que la fiscalía pide más de 30 años de cárcel. Aparte de ello, sus posturas cambiantes, su cinismo y su soberbia son rasgos de los que no se puede desprender y pesan mucho en la percepción de un gran sector del país. El antifujimorismo que siempre y pronto se manifiesta.
La candidatura o no de Keiko pone en agenda un tema más amplio que es el de la ausencia de nuevos líderes en el Perú. Líderes de talante presidencial y confiables y honestos que no terminen en prisión, pues hasta hoy la oferta política ha estado colmada de las mismas y viejas caras hasta el hartazgo, trazadas además con el denominador común de la corrupción. Es tiempo ya de una renovación que permita dejar atrás esa política repetitiva, conchuda, corrupta e ineficaz que solo ha traído desavenencias al país. ¿Será posible?
Escrito por
Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.