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El rostro de la violencia

Christian Reynoso

Publicado: 2023-09-12

El video, grabado de forma amateur, seguramente en esas cámaras antiguas V8, dura alrededor de cinco minutos y está disponible en el internet. Primero, se ve la espalda del comandante Miyashiro y, al cabo, al líder terrorista Abimael Guzmán, acompañado de Elena Iparraguire, quien sostiene una banderita con la hoz y el martillo, en su pedestal. Luego, hay unos cortes abruptos en la grabación, y lo que sigue es el diálogo que sostienen Ketín Vidal, entonces director de la Dircote y Guzmán, en lo que parece ser la biblioteca de la casa. Es la noche del 12 de setiembre de 1992. La noche de la captura.

Hasta entonces, las imágenes que se conocían del senderista, en las que se le ve mucho más joven, eran aquellas que habían aparecido en algunos periódicos y revistas, y en el famoso “reportaje del siglo” que Guzmán concedió desde la clandestinidad a “El Diario”, en 1988. Esas eran las imágenes para los nacidos a fines del setenta, del hombre que representaba el terror, los apagones y los estruendos de los atentados que podían ocurrir en cualquier momento. Un rostro gordinflón, con cejas nutridas, bigote y barba rala, y pelo peinado hacia atrás. Era la encarnación del miedo.

En 1991, un año antes de su captura, los peruanos y la Policía Nacional del Perú conocimos cómo era el aspecto más reciente de Guzmán, a través del video en el que se le veía bailando, junto con varios integrantes de la cúpula senderista, la canción de la película “Zorba, el griego”. La grabación era de 1989 y tras ser incautada en 1991, Alberto Fujimori la dio a conocer. La imagen de Guzmán se iba corporizando en un personaje siniestro, escurridizo, inhallable, de largos tentáculos. Esas imágenes junto con las de la captura pueden ser leídas como el apogeo y el fin de Guzmán.

Posteriormente, hemos visto a Guzmán tras las rejas y, con el correr de las décadas, su paulatina decadencia física en las apariciones públicas que ha tenido durante los juicios que ha afrontado. Fue condenado a cadena perpetua, pena que cumplió hasta su muerte en 2021, en una fecha algo particular: un día antes de su captura del 12 de setiembre, hacía 29 años. La violencia desatada en aquellos años de terror en el Perú no solo se evidencia en el sufrimiento de las víctimas, la destrucción, el despropósito, el culto a la muerte, sino en la imagen de Guzmán y sus contrastes que, de inmediato, retrotraen la pesadilla de una época.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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