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Otra vez Waters

Christian Reynoso

Publicado: 2023-12-05

Pachuli me dice qué cabrón que es este Waters, apenas desaparecen de la inmensa pantalla negra los dos anuncios que dan inicio al concierto de Roger Waters en el Estadio Nacional, en Lima. En el primero, el músico inglés pide apagar los celulares por consideración al público. En el segundo, se lee: “Si eres de los que dicen: «Me encanta Pink Floyd, pero no soporto la política de Roger», harías bien en irte a la mierda e ir al bar en este momento. Gracias”. El público, algo más de 20 mil personas, aplaude y pifia al mismo tiempo. Imposible saber si está de acuerdo o no con la advertencia y la posición del músico.

Y el concierto comienza. Se prolongará por un par de horas en el que pareces estar a bordo de un viaje musical, encapsulado en una atmósfera en la que la interpretación con el feeling a lo Pink Floyd, se mezclan en un no sé qué y tu alma se hace más transparente y vuela y se renueva. O algo así. Pachuli bebe como un descocido primero las cervezas y luego los chilcanos que se venden. Luego, fuma y requetefuma. Cierra los ojos y siente la música. Lo observo con envidia, pues no puedo beber por orden del doctor y la hernia hiatal que apareció como un susurro.

Entre la música, los mensajes visuales, la pirotecnia y los símbolos clásicos de Pink Floyd, Waters va acentuando su posición política en defensa de los derechos humanos y la condena a los genocidios y la represión. ¿Le importará realmente al público? Pues parece que el público no ha necesitado irse a la mierda ni al bar y solo le importa disfrutar de la música y el viaje. Pachuli, el ejemplo perfecto. Aparece, de pronto, en las pantallas, la mención a los “indígenas” muertos en Andahuaylas, en las protestas de diciembre de 2022 contra el gobierno de Dina Boluarte, y el nombre de Jhonatan Erik Enciso Arias (18 años), uno de los muertos. El público se emociona, pero de seguro está lejos de salir a marchar contra los asesinos.

¿Y los muertos de Ayacucho y Juliaca?, reclama Pachuli y enseguida, casi compulsivo, saca su celular y escribe y manda una foto a quien sabe dios, tal vez a su chica. Luego, se calma. Waters aparece en una silla de ruedas, sentado como un inválido o un muerto en vida y la música sigue. Hacia el final, Waters brinda con sus músicos y el público haciendo salud con unos tragos de mezcal. La gente le grita: ¡Pisco! Claro, pues, cómo va a venir al Perú a brindar con mezcal, dice Pachuli. Waters está desinformado al culo, añade. Y yo no sé si reír o llorar. Mientras dejamos atrás el estadio, con cierta melancolía Pachuli me dice que el concierto de Waters en el 2018, en el Monumental, fue más intenso.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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