Ni bien comienza el viaje, la conversación sale a flote en cuanto al desarrollo y las diferencias geopolíticas de las ciudades más importantes de San Martín. Jaime, profesor, abogado y pastor, defiende la condición de capital de Moyobamba; Panaifo, entrenador deportivo nacido en San Hilarión, saca cara por Tarapoto: es más grande y hay más cosas, dice. Además, le resulta molesto tener que ir hasta Moyo para realizar un trámite de su club de fútbol, más gasto, más tiempo. Nosotros escuchamos e intervenimos de tanto en tanto como árbitros de la contienda.

En las dos horas de ruta que cubre el viaje Tarapoto – Moyobamba, la política es el tema que nos ocupa mientras el Sedan corre para agotar los kilómetros; la conversación se matiza por momentos con religión y fútbol; Panaifo cuestiona los dogmas de la vida eterna, pero Jaime cita al dedillo versículos de la “Biblia” para justificar sus creencias. Sin embargo, es la política y la actuación de los políticos peruanos, la preocupación que más interesa a estos hombres pueblerinos que pasan sus días bajo el calor y el verde. “¿Cuándo cambiará el Perú?”, pregunta Jaime. “¿Habrá algún milagro?”, pregunta Panaifo.

“La salida de Otárola por una hembrita, que para colmo es tarapotina, es una telenovela”, dice Panaifo, “se va por una falda y no por los muertos del gobierno”. “Cecina fina”, responde Jaime y se ríe. El conductor que hasta entonces no ha intervenido también se ríe. Al menos están orgullosos de sus mujeres. “En serio, en el Perú la política es una forma de robar sin que te pase nada, como los mochasueldos”, añade Jaime. En efecto, las noticias dan cuenta de que solo una congresista ha sido sancionada en este tema. “Todos son unos ladrones, esa es la gente que nos representa”, afirma Panaifo, “¿hasta cuándo estaremos así?”.

Jaime como Panaifo están al día con el acontecer del país mediante sus celulares. Inevitable, es el turno del Rolex de la presidenta y los míseros caramelos que lanzó hace un tiempo en Ayacucho con la consiguiente jaloneada de mechas que sufrió. Gozan. Ríen. Es un chiste. “En el Perú nomás pasan esas cosas, mientras que los problemas siguen sin solución”, dice Jaime. Las firmas que se están recolectando en San Martín en contra de la reciente modificación de la Ley Forestal es otro tema en el cual tienen posturas antagónicas y ello los vuelve a enfrentar en sus diferencias geopolíticas, aunque al final una sonrisa los calme. “¿Y ontá el milagro?”, pregunta Panaifo a punto de llegar.