¿Habrán visto los 87 congresistas que han votado a favor de la llamada “ley Tudela”, algunas de las tantas películas peruanas que se han producido en los últimos años, especialmente aquellas del rubro no comercial? ¿Les interesará el arte y la cultura medianamente? ¿Tendrán algún criterio personal formado sobre la problemática del cine peruano, para el ejercicio de su voto como congresistas? ¿Podemos los peruanos confiar en sus criterios legislativos relacionados con la producción cinematográfica en el país?

Pues nada. Es evidente que ha primado el principio del rebaño de ovejas para tal votación. Esto, finalmente, significará un grave retroceso para el cine peruano. Entre otras razones porque esta ley recortará el presupuesto para la producción de películas y porque ejercerá un control de los contenidos. En otras palabras, si a los evaluadores no les gusta una propuesta, en tanto su temática puede ser crítica o sumamente reflexiva con relación a la historia del país, entonces no se le otorgará presupuesto para su realización. Así de sencillo como tan subjetivo.

Desde luego, el asunto de fondo es político. Detrás de ello hay un intento desde los sectores alineados con el fujimorismo y la derecha de querer callar cualquier voz crítica que, en este caso, tiene su esencia en el arte. Hoy es el cine, luego será qué. Hay un intento por querer lavar la cara de una historia colmada de violencia y muerte, en la que se pretende convertir a los villanos en héroes. Se trata de un proyecto de largo plazo para instaurar una nueva narrativa con una historia diferente de la real o por lo menos de la comprobable, con el fin de librarse de la responsabilidad política. El cine puede resultar un peligro en ese propósito.

La industria del cine en el Perú aún es incipiente y necesita de estímulos económicos, es cierto. No obstante, ha dado importantes y valiosos films con la posibilidad de competir en las ligas internacionales. Por ello, aún con más razón, se necesita fortalecer estos logros para seguir cosechando. El Perú no solo es gastronomía y Marca Perú. ¿Les interesa esta perspectiva de crecimiento artístico a los congresistas peruanos? ¿Es posible aceptar que el destino del cine peruano esté en manos de quienes parecen ostentar una gran ignorancia cultural y artística? ¿Cuál será el futuro próximo de la producción cinematográfica en el Perú?