Ayahuasca y muerte en Yurimaguas
Christian Reynoso
La mañana del 8 de agosto pasado el ciudadano ucraniano Iván Kuzmin (38) asesinó a la rusa Ludmila Lazarenko (44), en la cabaña que compartían en el fundo Dos Mundos de la ciudad de Yurimaguas. La noticia ha conmocionado a esta pequeña población y es materia de investigación. La brutalidad del cercenamiento agrega morbo al suceso y a las razones de fondo del macabro hecho. Hay ayahuasca de por medio. Dos Mundos es en realidad un centro de sanación, aunque en este caso suene paradójico.
Kuzmin está detenido. Fue capturado enseguida en un estado alterado y ya se ha dictado nueve meses de prisión preventiva para él. Las investigaciones seguirán su curso y lo más probable, aunque nunca nada está dicho, es que reciba una condena a cadena perpetua. En la primera audiencia en la que ha sido confrontado, Kuzmin ha hecho mención a espíritus malignos que, tras tomar ayahuasca, se apoderaron del cuerpo de Lazarenko (como una bruja) y de él mismo, como una forma de justificar el crimen. Pues la ayahuasca le dijo que debía liberarla de esos espíritus.
La cultura del ayahuasca ―aquella bebida que, según dicen, limpia y sana― es una práctica extendida en la Amazonía peruana. Por ejemplo, es frecuente ver en Tarapoto y en Yurimaguas, a diversos visitantes extranjeros y nacionales que llegan para internarse en este tipo de centros y experimentar los distintos efectos que produce la planta. Para ello, hay maestros, unos más confiables que otros, que guían y ofertan estos viajes espirituales. En este circuito, Dos Mundos goza de gran fama e incluso los pobladores locales acuden a él.
Más allá de las bondades curativas, espirituales y culturales de la ayahuasca, es innegable que es asimismo una droga que genera adicción. Una droga, como cualquier otra, que produce perturbaciones físicas y psicológicas en sus consumidores, aunque a menudo su consumo parezca más bien una práctica positiva o alternativa, que suena más bien a pretexto. En todo caso, ¿quién regula su consumo para no llegar a hechos como el ocurrido con Kuzmin y Lazarenko? ¿Es un hecho aislado en el mundo del consumo de la ayahuasca? ¿O es que todavía sus límites son tan difusos como su propia naturaleza?
Escrito por
Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.