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Vivas y rezos en la política peruana

Christian Reynoso

Publicado: 2024-09-03

Patético. Segundo Montalvo, congresista de Perú Libre por Amazonas, hace poco en su discurso de instalación como presidente de la Comisión de Educación, Juventud y Deporte (¿otra más de las tantas comisiones inútiles del Congreso?), pidió a los miembros tres vivas para ellos mismos. Nadie le respondió. Montalvo insistió y volvieron a ignorarlo. Luego, quiso justificar su pedido aludiendo que son los “congresistas del bicentenario”. El video se puede ver en red. Posteriormente, el congresista editó el video y añadió aplausos a su pedido.

La actitud de Montalvo resulta patética, soberbia y vergonzosa. Eso de hacerse vivas a uno mismo es tan poco elegante; pero aún más alarmante es la desconexión con la realidad que muestra, siendo el Congreso y sus congresistas hoy la institución más deslegitimada en el país. Tan pobres diablos son por su ignorancia probada como porque ya nadie cree en ellos y cualquiera de sus acciones genera suspicacia. Pues, la única agenda que tienen entre manos es llenarse los bolsillos y vivir a costa del país. ¿Y qué será ser un congresista del bicentenario? Nada más ridículo.

Conchudez. La exministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento , Hania Pérez de Cuellar, en una reciente visita a Puno pidió en su discurso a los pobladores que oren y recen por las autoridades del país para que no flaqueen y se sientan tentadas de robar. ¿Es un chiste o una estupidez? Es decir, Pérez de Cuellar endilga a los peruanos la responsabilidad, mediante la palabra sagrada, de evitar que los funcionarios corruptos del país dejen de robar. ¿Dónde se ha visto eso? Es como cuando se dice: “a la mujer la violaron porque se puso minifalda”. Nada más insultativo a los peruanos.

El discurso de Pérez de Cuellar debería estar dirigido a los ladrones, delincuentes y corruptos de terno y corbata que fungen de autoridades, empezando en Palacio, Congreso y el resto de instancias regionales y locales. Corrupción no solo es robar, es también ganar sueldos jugosos y no hacer nada por el país. Estafar. Enriquecerse a cambio de nada. La visión y el ejercicio político que exhiben frente a las tribunas tanto Montalvo como Pérez de Cuellar, por solo citar un par de ejemplos, es lamentable y forma parte acaso de una nueva forma de asumir la política sobre la base de la frescura.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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