Vivas y rezos en la política peruana
Christian Reynoso
Patético. Segundo Montalvo, congresista de Perú Libre por Amazonas, hace poco en su discurso de instalación como presidente de la Comisión de Educación, Juventud y Deporte (¿otra más de las tantas comisiones inútiles del Congreso?), pidió a los miembros tres vivas para ellos mismos. Nadie le respondió. Montalvo insistió y volvieron a ignorarlo. Luego, quiso justificar su pedido aludiendo que son los “congresistas del bicentenario”. El video se puede ver en red. Posteriormente, el congresista editó el video y añadió aplausos a su pedido.
La actitud de Montalvo resulta patética, soberbia y vergonzosa. Eso de hacerse vivas a uno mismo es tan poco elegante; pero aún más alarmante es la desconexión con la realidad que muestra, siendo el Congreso y sus congresistas hoy la institución más deslegitimada en el país. Tan pobres diablos son por su ignorancia probada como porque ya nadie cree en ellos y cualquiera de sus acciones genera suspicacia. Pues, la única agenda que tienen entre manos es llenarse los bolsillos y vivir a costa del país. ¿Y qué será ser un congresista del bicentenario? Nada más ridículo.
Conchudez. La exministra de Vivienda, Construcción y Saneamiento , Hania Pérez de Cuellar, en una reciente visita a Puno pidió en su discurso a los pobladores que oren y recen por las autoridades del país para que no flaqueen y se sientan tentadas de robar. ¿Es un chiste o una estupidez? Es decir, Pérez de Cuellar endilga a los peruanos la responsabilidad, mediante la palabra sagrada, de evitar que los funcionarios corruptos del país dejen de robar. ¿Dónde se ha visto eso? Es como cuando se dice: “a la mujer la violaron porque se puso minifalda”. Nada más insultativo a los peruanos.
El discurso de Pérez de Cuellar debería estar dirigido a los ladrones, delincuentes y corruptos de terno y corbata que fungen de autoridades, empezando en Palacio, Congreso y el resto de instancias regionales y locales. Corrupción no solo es robar, es también ganar sueldos jugosos y no hacer nada por el país. Estafar. Enriquecerse a cambio de nada. La visión y el ejercicio político que exhiben frente a las tribunas tanto Montalvo como Pérez de Cuellar, por solo citar un par de ejemplos, es lamentable y forma parte acaso de una nueva forma de asumir la política sobre la base de la frescura.
Escrito por
Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.