“Los buenos policías no agachan la cabeza”
Christian Reynoso
En los años noventa escuché por primera vez la canción “Sucio policía” de la banda subterránea Narcosis. Era un casete viejo, copia de una copia, y era lo único disponible. Hoy “Primera dosis”, el único álbum de Narcosis, grabado en 1985, en el que se incluyó la canción, se puede conseguir en compact disc e incluso en vinil. También está en YouTube. Ciertamente es un clásico. Y la canción, compuesta por Fernando “Cachorro” Vial, el bajista, ha sido tocada por casi todos los grupos subtes y hardcore peruanos, y otros tantos extranjeros. Fabiola Bazo indica que la letra formaba parte de un poema del autor.
“Sucio policía” habla sobre la corrupción policial y el papel del policía en la sociedad, entiéndase peruana, pero por extensión en cualquier sociedad. Habla, mejor dicho, canta, sobre el policía que actúa por conveniencia y defiende la decadencia. El “sucio” es desde luego una alusión a su carácter corruptible: “El honor no es tu divisa / Tu divisa es la corrupción / Abusas de tu autoridad / Porque en la otra mano llevas la pistola”, dice una de las estrofas. Mientras que en otra se canta: “Defiendes a los gobiernos / Y políticos que están de turno”. Así, la canción expresa la mirada que se tenía del policía en los años ochenta y que hoy, parece, resulta actual.
Tanto por la canción, que apenas llegaba a un público reducido de jóvenes en aquellos años, y que tal vez ahora se ha masificado un poco más, pero en especial por la realidad misma que veíamos en los medios de comunicación y por mérito propio, es que hemos crecido con esa imagen decadente del policía. Un elemento en quien poco se puede confiar tanto antes como hoy y con quien se exacerba la distancia cuando se convierte en agente represor que causa muertes que, además, en perspectiva, quedan impunes.
Por ello, resulta difícil observar en el pajar, cuando de pronto hace su aparición un policía limpio, antagónico al sucio que cantaba Narcosis. Vale decir, un buen policía, como lo ha pregonado Harvey Colchado, el más famoso policía peruano hoy en día, pasado al retiro hace poco, quien ha dicho: “Los buenos policías no agachan la cabeza ante nadie”, en clara alusión al castigo que ha recibido por cumplir su trabajo de buen policía y no transigir con el lado oscuro. Esto quiere decir que los buenos y limpios policías deben estar en sus casas, y los sucios policías deben seguir elevando las alas como gallinazos al acecho.
Escrito por
Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.