Leo Dan en Puno
Christian Reynoso
El 22 de octubre del año 2009, conocí a Leo Dan en el vuelo que nos llevaba de Lima a Juliaca. Leo Dan hacía una gira por Puno, Juliaca, Cusco y Tacna. No era la primera vez que venía al Perú, ya lo había hecho varias veces desde la década del setenta. Leo Dan iba acompañado por tres músicos, entre ellos su hijo, con quienes hice buenas migas. Al llegar a Juliaca, me fui con Leo Dan a Puno en el mismo bus que lo recogió, y luego le hice fotos en el concierto que brindó por la noche en el Coliseo Cerrado. Por poco lo acompaño al resto de la gira.
De todo ello escribí una crónica que salió publicada en la edición impresa del diario “Los Andes” de Puno, el 5 de noviembre a la que titulé “Volando con Leo Dan, concierto en Puno”, y que luego subí a mí columna en La Mula. Hoy que Leo Dan ha muerto, se me vienen a la mente esos años y cómo Leo Dan parecía estar más presente de lo que uno creía, especialmente en los delirios de la bohemia junto con los amigos. Ciertamente habíamos escuchado a Leo Dan casi sin querer y tal vez habíamos interiorizado algunas de sus canciones. Estas nunca dejaban de escucharse en las radios.
Algunos fragmentos de la crónica, dicen: “Solo en Lima, en la noche limeña de fin de semana, en la bruma de los bares del centro cercanos a la plaza San Martín, en olor a cerveza helada, prostitutas de esquina, gays de alquiler y rocola vieja, volví a escuchar a Leo Dan desde los años de radio y televisión. En Quilca, en el bar Don Lucho, que, en el ambiente del primer piso, al lado de los baños, exhibe una rocola (…). Allí, entre el mareo y el bolero, el vals y la música de cantina, la voz de Leo Dan se alza desde la rocola, en el momento menos pensado de la noche, sin que nadie se dé cuenta, entre las mesas, la algarabía cantinera, el destapar de cerveza y el tintineo de los vasos. “Mari es mi amor” suena y los corazones de las y los clientes se eclipsan en viejos recuerdos”.
Otro fragmento: “El Coliseo Cerrado [de Puno] está repleto. Tribunas, palco y sitios preferenciales están ocupados, por lo menos 2 mil personas. La muchachada ha crecido y Leo Dan se ha quedado sin cabellos. No importa. Las canciones y la voz se mantienen. El vibrar del corazón escarapela todo el cuerpo y la gente no se contiene y canta, aplaude y se emociona hasta las lágrimas (…). Leo Dan inicia su presentación acompañado por un grupo de mariachis altiplánicos (…). Viejas y jóvenes caras conocidas se ven desde el escenario. Leo Dan ha logrado juntar a distintas generaciones (…) La gente corea sus canciones. Puno enamorado responde a “Estelita””. Para leer la crónica completa, ver este enlace: https://christianreynoso.lamula.pe/2009/11/05/volando-con-leo-dan-concierto-en-puno/christianreynoso/
Escrito por
Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.