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Hernández: Tangarana y otros cuentos

Christian Reynoso

Publicado: 2025-02-18

“Tangarana y otros cuentos” (1969), es el único libro de relatos del escritor loretano Arturo D. Hernández (1903-1970), publicado un año antes de morir, con el cual cierra su obra literaria, además de sus tres novelas “Sangama” (1942), “Selva trágica” (1954) y “Bubinzana. La canción mágica del Amazonas” (1960), que hemos comentado en esta columna. Ignoramos si Hernández dejó textos manuscritos inéditos. “Tangarana…”, se publicó por primera vez en 1969 en un volumen conjunto con la novela “Bubinzana…” que tuvo su primera edición en 1960. Este mismo volumen con ambos libros ha sido reeditado en 2018, por la editorial Trazos de San Martín.

“Tangarana…” reúne trece cuentos en los que Hernández continúa explorando la selva como espacio ejemplar, esta vez desde perspectivas diferentes que involucran una mirada más urbana. El desplazamiento entre las ciudades, los pueblos y el monte siempre está presente, lo mismo que las travesías por los ríos, lo que en ello se descubre y las sorpresas de la selva. Algunos cuentos parecen inspirados en hechos reales que el autor vivió u observó como el que da título al libro. “Tangarana” relata la infidelidad de una mujer quien es castigada con la muerte en el árbol de la tangarana, en el cual las hormigas devoran su cuerpo; “Por el pongo de Aguirre”, es la historia de cómo se voló con dinamita un peñón en el Huallaga cerca de Shapaja a comienzos del siglo XX.

Otros cuentos se acercan a la fábula (destaca “La tortuga”: una metáfora de la eternidad, mientras el universo cambia); y otros se inspiran en leyendas de la selva que Hernández reelabora al dotarlas de un marco ficcional como el romance entre una inia (mujer del agua) y un zagal ribereño, quien al irse al mundo acuático se convertirá en un Yacuruna, sin saber que el sonido de una quena lo traerá de vuelta al mundo terrestre, en “La Victoria regia”; o “La cantora del Huallaga” (ambientado en Saphaja y Chazuta en la región San Martín) y “La flautera” que reelaboran una misma historia (una mujer que busca al amado) desde distinto tratamiento y en los que la música se constituye como un elemento determinante de salvación y muerte, tal como ocurre en las novelas del autor. Otros cuentos como “La casa del diablo”, se nutren de lo realista-fantástico.

“El vencedor del mal” merece atención aparte. Tal vez sea el relato germen de una novela de aprendizaje, por la complejidad de los hechos, abundantes en peripecias, la filosofía sobre la selva que hay entre líneas, los múltiples puntos de vista y el aspecto mítico (habla el viento y los animales dioses), en torno al hijo de Ampu con un cazador. Finalmente, un par de cuentos que escapan del tema de la selva, tal vez en un intento del autor de incursionar en otra temática. En conjunto, son cuentos que cumplen su función, pero lo mejor de Hernández está en su novelística. De esta forma, la obra de Hernández, conformada por tres novelas y un libro de cuentos, posibilita una mirada panorámica y de múltiples aristas a este espacio que subyuga como espanta que es la selva amazónica y su cosmovisión mágica y social, y de la que creemos saber y no sabemos.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


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