#ElPerúQueQueremos

Vamos a Tocache con Miki González

Christian Reynoso

Publicado: 2025-04-01

“Mírenme bien, que soy una especie en extinción”, dice Miki González al empezar su participación en la reciente edición de Vivo x el Rock, en Lurín. El público ríe y lo aplaude. Próximo a cumplir 73 años, el autor de “Chicles, cigarrillos, caramelos” tal vez siente en lo más hondo la proximidad de la muerte o tal vez se ve a sí mismo como un antediluviano rockero en extinción, fuera de los circuitos comerciales y complacientes, dueño de una estética que le ha permitido fusionar ritmos peruanos sin perder la base del rock.

Flacucho como siempre y casi casi calvo, Miki rasga la guitarra eléctrica y comienza su concierto. Suena “Vamos a Tocache” para la que no hace falta más que su guitarra, el bajo y la batería. Una pieza del más puro rock de garaje o del rock de carretera, y que, con el tiempo se ha convertido en una de sus canciones más escuchadas y cantadas. Luego, vienen los músicos de apoyo y Miki se luce sabroso y con humor, y ejecuta un repertorio que incluye sus éxitos de fines de los 80 y comienzos de los 90, cuando había que hablar del país desde el rock.

Curiosamente “Vamos a Tocache” es la canción mikigonzaliana que ha sido adaptada a otros géneros. Tiene, en efecto, un algo, que contagia y comparte. Uchpa, la potente banda de quechua rock blues, que horas antes se presentó en el festival, la ejecutó con un tono de guitarras más pesadas y desde luego en quechua; y luego, Los Mirlos, invitados de Miki, la tocan junto con él en su característico ritmo de cumbia psicodélica, lo mismo que, a continuación, “Chicles, cigarrillos, caramelos” y “Akundún”. ¿Una perversión?, como opinan algunos, ¿o solo una manera de seguir viajando?

Y llegamos a Tocache tan igual que Miki a fines de los 80. La canción habla de la gira del músico a esta ciudad de la selva de San Martín en la que el narcotráfico, el cultivo de coca y la violencia eran el pan del día, no obstante, se escuchaba rock en Radio Marginal. Y Miki se despide, resistiéndose a su extinción y yo recuerdo la primera vez que lo vi en concierto, en la década del 90, cuando fue a Puno a presentar “Akundún” (su cuarto álbum, 1992) y ataviado de un poncho cantó en el Coliseo Cerrado, flacucho como siempre Miki, pero todavía con una cabellera rockera que parecía una explosión de resortes larguitos.


Escrito por

Christian Reynoso

Escritor y periodista peruano. Magister en Literatura Hispanoamericana. Autor de novelas y libros de investigación y ensayo.


Publicado en